Se inicia un tratado para prohibir las armas nucleares, y a pesar de lo inaudito del evento, sorprendentemente queda en papel mojado. Y esto sucede ante la negativa de las principales potencias mundiales a liderar dicho tratado.

Aunque para las Naciones Unidas el tratado sea imprescindible, no están por la labor los principales actores militares y nucleares por antonomasia, que se oponen con el argumento de que las negociaciones no tienen en cuenta el actual contexto mundial.

¿Qué tienen en cuenta entonces? ¿El miedo a eventuales ataques del enemigo extremista musulmán? ¿O quizás el miedo de quienes utilizan el discurso del miedo como arma de destrucción masiva de la supervivencia?

Según Kim Won-Soo, Alto Representante para Asuntos de Desarme:“ La existencia de armas de destrucción masiva todavía representa una amenaza existencial para la Humanidad. Nunca antes ha sido tan urgente e importante hacer progresos en el desarme atómico”.

Ante estas declaraciones llegó la replica de la mayor potencia mundial, asustada ante las continuas, espectaculares y poderosas muestras de fuerza (ironía) de la dictadura norcoreana (realidad). Apostilló Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos en la ONU:

“ Lo que más desearía en la vida es que mi familia pudiera vivir en un mundo sin armas nucleares. Pero, debemos ser realistas. ¿Alguien cree que Corea del Norte aceptaría la prohibición del armamento nuclear?”. Francia, el Reino Unido- y hasta Japón- también figuran en el bando de los reticentes.

Las negociaciones buscan prohibir completamente el armamento nuclear a través de un acuerdo legalmente vinculante, que precisamente es lo que constituye el problema a la hora de firmar acuerdos en la ONU. Un total de 120 países participan en las discusiones que concluirán a principios de julio, y mucho nos tenemos que queda guerra nuclear encubierta en el horizonte para rato.

 

Fuente: Euronews

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